Marinaleda, la utopía hecha realidad

Erase una vez un pequeño pueblo de poco más de 2000 habitantes de la provincia sevillana, decidió un gran día que ya era hora de que el pueblo, literalmente hablando, tomara las riendas del poder, pues el paro ahogaba y el pueblo moría por falta de terrenos para cosechar.

Estos hechos no acontecieron en la actualidad. Se remontan al año 1979 cuando el es elegido el alcalde, Juan Manuel Sanchez Gordillo, que será reelegido ininterrumpidamente hasta la actualidad. Este alcalde, dio poder a las gentes del pueblo y posibilitó asambleas en donde se tomaban todas las decisiones que atañían al pueblo. Y una de las primeras decisiones,fue reclamar el derecho a colectivizar las tierras para sustento del pueblo. Así empezaron en 1985 las ocupaciones del pantano, y posteriormente del cortijo Los Humosos, propiedad ilegítima del duque del Infantado, y totalmente desaprovechada. Todas estas reivindicaciones se extendieron durante más de 5 años hasta que por fin dio su merecido fruto: en 1991 el gobierno andaluz otorga a Marinaleda 1200 hectáreas cultivables, el Humoso se convierte así en el primer sustento del pueblo. Pero no quedó ahí la cosa. Ya en 1997 comienza a hacerse uso del Humoso de forma fructífera, y en 1999 se funda la primera industria colectiva del pueblo. La utopía, la que tanto critican los cavernarios de derechas, año tras año se iba haciendo realidad en éste pequeño pueblo. Pequeño pueblo pero de grandes gentes.

Hoy en día, Marinaleda continúa haciendo uso de forma colectiva de sus tierras y de su industria, se organizan y deciden en asambleas en las que participan todas sus gentes; y ha hecho realidad el artículo 47 de nuestra débil Constitución en donde dice que tenemos derecho a una vivienda digna. Pues bien, según mis conocimientos, es éste el único pueblo de España que ha puesto en marcha el artículo más violado de nuestra desdichada Constitución. El ayuntamiento obra de la siguiente manera: adquiere terrenos, los que hagan falta, y los cede gratuitamente a lo que ellos denominan el "autoconstructor". También dicho autoconstructor tendrá a disposición de forma gratuíta los materiales y el proyecto de ejecución de obra. De lo que se encarga el autoconstructor es de pagar tras acordarlo en la asamblea del pueblo una cuota simbólica mensual que viene siendo de unos 15 euros el tiempo que dure la obra, y será el propio autoconstructor el que ejecute la obra con la ayuda de otros vecinos que han sido a su vez autoconstructores. Así pues el nuevo propietario del hogar, y en la medida de lo posible, se compromete a su vez en participar en otras construcciones futuras.

Las "utopías" existen, y son palpables, unaz veces lejos de nuestra "patria", y otras en el corazón de la misma. Si Marinaleda puede, porqué no cualquier pueblo de España? Y porqué no todo un país entero? Tod@s los que estamos al día de estos temas, ya sabemos el "porqué".

Salud, República y Socialismo (o barbarie).

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